México no se mide en kilómetros recorridos. Es una carrera continua de imágenes y emociones. No solo es un país que se camina: es un territorio que se percibe con todos los sentidos. Es el crujido del polvo bajo los pies, el temblor de la luz en los muros al atardecer, el aire que cambia de tono entre una montaña y la siguiente. Este libro nace de una necesidad más sensorial que intelectual: ofrecer una experiencia visual que busca convocar.